Las situaciones más memorables de mi vida, han sido hechas de manera espontánea, y este fin de semana no fue la excepción; aunque en realidad, no fue del todo espontánea, pues se venia cociendo durante toda la semana, pero aún no se concretaba, por cualquier motivo, el principal, radicaba en mi temor (ridículo, pero temor al fin) de moverme solo por el metro de la Ciudad de México, ¿qué me pasó? Absolutamente nada, pero eso sí, el miedo lo sentía a punto de salir de mí, a través de mi garganta, sentí miedo, pero luego, desapareció…el punto de reunión fue la estación del metro del Instituto del Petróleo, el tiempo de espera y traslado, fueron de casi 4 horas, contando las 2 de Puebla a la terminal 1 del aeropuerto, y de ahí, el movimiento y la espera por la línea del metro, y luego transbordar hacía el verdadero destino…un rato de plática, descanso y disposición para volver a tomar las calles nocturnas de la ciudad, la nueva cita, Plaza Satélite, solamente como punto de reunión, posteriormente, a disfrutar de una de las mejores noches de mi vida, el turista llevado a su mero mole, yo iba dispuesto a lo que fuese, pero me dieron por mi lado, y te lo agradezco; King’s Pub, un bar lleno de rock, lleno de vida, y con 4 personas que hicieron de esta noche, una noche plena, mi mejor amigo, una amiga, su prima y un amigo…así que, entre 3 litros de cerveza oscura, mucha caca de camello, risas, y un buen ambiente, con la mejor música sobre la faz de la tierra, con el aire de frente, con el aire de cerquita, aspire un par de bocanadas del mejor aire que hayan sentido mis pulmones, mi ser…la gira continuó hacía otro destino, la música dio un giro de 180º directo y sin escalas, hacia la capital del mariachi, un poquito de tequila, limón y sangrita, para apretar el cocktail etílico que venía preparándose en mi organismo, 14 canciones, un poco de ron con agua y dos gotas de cola, un baile lleno de aire, una mala jugada en la caja, un escape frustrado, no sé cuanto gastamos en total en toda la noche, pero el dinero no importa (importará en unos cuantos días cuando no haya qué comer en la nevera)…el regreso, muy electrónico, zigzagueando por el boulevard, respirando aire, respirando un poquito de ese aire que no pensé aspirar antes de embarcarme al viaje, pero que me hizo volar por los cielos, dormir placenteramente, y hacer que la espontaneidad, rindiera los mejores resultados que mi vida a experimentado.
Al día siguiente, un poco de la vida chilanga, un poco de Tepito, un poco de metro, un poco de familia, un mucho de comida, un poco más del metro, un mucho de juego virtual entre dos amigos que hacía mucho no convivían, un poco de todo, un poco del Distrito Federal para poder al fin perderle el miedo y ganarme su respeto, algún día volveré más tranquilo, y a vagar un poco más por esa gran urbe que tiene tanto que dar, aunque tenga miedo de que me quite más de lo que me vaya a dar, pero luego de este fin de semana me ha dado más de lo que pude esperar. Gracias!
Al día siguiente, un poco de la vida chilanga, un poco de Tepito, un poco de metro, un poco de familia, un mucho de comida, un poco más del metro, un mucho de juego virtual entre dos amigos que hacía mucho no convivían, un poco de todo, un poco del Distrito Federal para poder al fin perderle el miedo y ganarme su respeto, algún día volveré más tranquilo, y a vagar un poco más por esa gran urbe que tiene tanto que dar, aunque tenga miedo de que me quite más de lo que me vaya a dar, pero luego de este fin de semana me ha dado más de lo que pude esperar. Gracias!
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