Mojinos Escozíos - La Mamá de José

Lo que dijo su amigo Dani

Las Horas de Morfeo

Respira, que el perfume de la noche emane de la luna,
Penetra en tu cuerpo y se apodera de tus sueños,
Cierra tus ojos despiertos, demasiado vivos para estas horas,
Entrégate al placer de sentir el devaneo de tu subconciencia.

Las horas que marca el tictac de tu corazón,
En un abrir y cerrar de mentes, se aparece y se esfuma oníricamente,
La vida que disimulabas desconocer dentro de ti,
Tu alma se entrega a los brazos de Morfeo, sólo eres aire.

Suspira, que el sereno de la madrugada envenena el sosiego de tus sueños,
Son las horas de guerra entre lo consciente y lo subliminal,
Tu cuerpo se entrega a los designios de Morfeo, eres uno sin ti,
Vuélvete al instante de sentir que tu mente se esclarece.

Las horas sumidas en el mar de ensueños,
En un zigzagueo mental, se muestra y difumina sentimentalmente,
La vida que no es tu vida, que vive dentro de ti,
Abre tus ojos, es hora de despertar a la realidad, y vivir.

Aspira, que el aroma del despertar llene tus pulmones de vida,
Expulse de tu cuerpo el ensimismamiento de tu subconsciente,
Abre de nuevo tus ojos, aspira una nueva bocanada de oxígeno,
Retén en el mundo, una porción de tu propio mundo, y vívelos.

M Clan - Las Calles Están Ardiendo

Poetízame

Búscame, cuando me hayas perdido, y desentiérrame,
Cuando las luces se hayan extinto, resucítame, cuando me olvides,
Recréame, cuando me hayas vislumbrado, alcánzame,
Cuando tus pétalos ya no emanen tu perfume, adviérteme, y cuando llores,
Invócame, cuando tuyos sean mis sueños, despójame,
Cuando mi piel contacte la tuya, erízame, cuando seas mía,
Compláceme, cuando sea tuyo, subyúgame,
Cuando en tus ojos resalten las estrellas, guíame, cuando sonrías,
Impútame, cuando me refleje en tus pupilas, enmárcame,
Y cuando seas mi obra maestra, censúrame, cuando te alimentes de mí,
Devórame, cuando te sacies y no queden restos de mí, degústame,
Cuando mi sangre sea tu vino, crucifícame, cuando hoy sea mañana,
Llórame, y cuando de tu cuerpo yo renazca, consiénteme,
Cuando no haya más espinas, sáname, cuando me ames,
Conóceme, y cuando me entiendas, júzgame,
Cuando me ignores, olvídame, y cuando me hayas vuelto a olvidar,
Simplemente, me habrás matado.

Refugio: Vivo en Ti

Vivo existiendo en un pensamiento ajeno,
Robándole aire a un espacio que no me pertenece,
Latiendo en el pecho de un cuerpo que no es el mío,
Mirando un lejano atardecer desde la ventana de sus ojos.

Así de abandonada tengo mi vida por ti,
Camino por el mundo respirando con tus pulmones,
Llenándome los ríos de color púrpura con tu sangre,
Alimentando mis sueños con las derivas de tu mente.

Dime, ¿Cómo te compongo una sonrisa desde adentro?
Tu amor es el titiritero que manipula mis anhelos,
Tus caricias son los hilos que dirigen mis sentimientos
Que se deslizan sin titubear por las letras de mis pensamientos.

Así de perdido me encuentro en los sinuosos campos de tu cuerpo,
Bebiéndome de ti, disfrutando cada uno de nuestros impulsos compartidos,
Tú eres mi refugio, yo tan sólo soy el vagabundo que habita en tu cálido corazón,
Dame de comer de tu inagotable amor, sáciame de ti, que yo circularé por siempre en ti.

Pero dime, ¿Cómo le hago el amor a una musa sin esculpir?
Miro el mundo desde tus ojos, disfruto tu belleza desde adentro,
Le hago el amor a tus sueños, mirándome fijamente desde tu visión,
Estoy en ti, aún cuando muero sin mi…hay vida en ti después de mi.

Mando Diao - Dance with Somebody

Poema #200

La noche es eterna en la vida de un soñador,
Vivir y, volver a vivir de forma distinta lo que nunca ocurrió,
El “hubiera” jamás debió de haberse pronunciado,
En un mar de estrellas, el soñador naufraga en el menguante de la luna,
Habita su cabeza en ideas que giran sin posarse en la realidad,
Mente vacía encerrada entre el corazón y el alma de aquél viejo quijote,

Sueña, que el dulce sereno no afecte tus sueños marchitos,
Recuerda que, lo que no aconteció, sucederá en tu subconsciente,
Deja volar el tiempo fuera de tu ser, que el tiempo en ti no tiene principio ni fin,
¿Dónde están los sueños que vivimos? ¿Murieron al despertar?
Por eso mismo, vago con la mirada perdida en el horizonte,
Soñando despierto y viviendo de a medias.

Mi corazón late a razón de sueño por sentimiento traslúcido,
Ni por asomo ni por confirmación vuelvo a vivir como lo hacen los perversos,
La noche es el manto idóneo para encubrir los embates de la realidad,
El soñador es el amante de la luna, el consejero de las estrellas,
Es el velador de la soledad de vivir en sociedad, la noción de la sinrazón,
Los granos de arena continúan su descenso, mientras que el diablo sale a jugar.

El ocaso de la nada, la verdad sin contar, el beso que jamás se dio,
El cielo se ha pintado sucio y opaco, ¿será el opiáceo que se mezcló con el insomnio?
¿O es que todo lo que alguna vez soñó se ha hecho realidad?
De noche, hasta las libélulas salen a entonar el canto que divaga en la oscuridad,
El soñador orquesta una sinfonía onírica que traduce lo que en silencio sueña,
Las imágenes se convierten en palabras cuando cierra los ojos al sueño
Y se despierta en la realidad.

Disimulo Silencio Emulado

El silencio ha sido guardado en la gaveta,
Todo se reduce a un denso espectáculo condensado,
La visión de mi mirada a la oscuridad se aclimata,
Todo se desenvuelve en un océano estrellado.

El silencio se rompe por la vitalidad de mis latidos,
Todo se dilata en este espacio de dos por dos,
La dilación del estallido es debido a la sístole fallida,
Todo se contrae en el núcleo que te da la vida.

El silencio se manifiesta en la oscuridad,
Todo radica en este valle de sombras,
La insatisfacción de la luna aminora su luminosidad,
Todo se desarrolla en un baile de penumbras.

El silencio se plasma en el semblante del noctívago,
Todo es cavilado en la mente de un sonámbulo,
La orquesta nocturna arrulla al sueño que amago,
Todo se relaciona con la vida que emulo.

Jay Z - D. O. A, (Death Of Auto-tune)

El Jardín de tus Palabras sin Sentido

No, no digas nada,
Las palabras son jardines sin regar
Cuando se pronuncian en ausencia de sentimientos,
Y, dichas a la ligera,
Sería como si me introdujeras, con los ojos vendados,
En un rosal, desnudo y desolado,
Recuerda que, las palabras sin sentido
Que emergen de tu boca,
Son cristales rotos en mi camino,
Que recorro, sin rumbo fijo, descalzado.

Demente Consciente

Quise sofocar el silencio pero no pude alterar el semblante,
Contemplaba fijamente, hacía el horizonte, una luz fulminante,
Me ofuscó, la visión y el pensamiento, el resplandor perseverante,
Perdí la noción del tiempo y del espacio, por un instante,
Distinguí, entre sueños y objetividades, la verdad recalcitrante,
Estremeciéndome por el escozor de la abyección denigrante,
Me descubrí desnudo, notoriamente despojado, era una mentira embriagante,
El silencio gritó lacerante, mi penar se convirtió en una daga punzo cortante,
Sumergí mi rostro en las aguas turbias y serené mi espíritu vehemente,
Decidí aguzar mis sentidos, y tranquilizar mi corazón sangrante,
La intensidad que brota de la equimosis de mi dignidad vivificante
Pretende sofocar la voz que emana de mi cerebro demente,
Así que, me dispuse acallar la luz que me carcomía el consciente,
Haciendo verdad las locuras que regurgitaba mi subconsciente,
Y dejando que el alma domine, al corazón y a la mente.

El Trazo Nocturno

Una silueta se dibuja sobre mis pupilas,
Entre el reflejo de tu sonrisa y el de las estrellas,
A la luz de la luna, aúllo un son de melancolía con un dejo de tristeza;
El sabor de tu piel aún habita en mis papilas gustativas,
La suavidad de tu tez aún roza mis crestas dactilares,
El aroma de tu perfume aún permanece entre mis manos,
Dándole vida al esbozo que habita en los recuerdos de mis noches sin ti;
Mis palmas oníricas le dan forma a la horma de mi vacío sin ti,
Mientras que el molde se rompe al alba, al despertar y no tenerte cerca de mí;
La sombra de los recuerdos de dos cuerpos anudados por debajo del edredón,
Se desliza por las paredes iluminadas por la luz opaca del farol del callejón,
Posándose por encima de mi soledad, perturbando el silencio de mi ensoñación;
Una silueta se tatúa en mi piel,
Dibujándose el esbozo de una dulce y tierna historia de amor,
Que nace con el crepúsculo y reposa al amanecer, en mis brazos.

Cerré los Ojos por un Instante de Tiempo...

Cerré los ojos por un instante de tiempo, ¿cuánto? No lo sé, pero ya no los quería abrir. Era un momento de relajación por debajo del bullicio de la vida cotidiana, el estrés era un aura de un color rojizo que vibraba en el ambiente, alrededor de mí. Al sumergirme en la negrura de mis párpados cerrados, y al intentar callar las voces, los sonidos citadinos, y el intenso latir de mi corazón, pude apreciar un remolino de colores dentro de mi ser. Mi respiración fue aminorando su ritmo, sentí el oxígeno subir a mi cerebro, la tranquilidad de aquél momento fue azul, un azul cristalino, inspirador. Las imágenes que vislumbraba desde aquel estado de ánimo eran de color pastel, todo era vida, alegría y serenidad; sentí que mi cuerpo perdía peso, el aire que soplaba desde algún punto fuera de mi se iba apoderando de mi anatomía, transformando mi fisonomía. Las voces se callaron, todo el silencio me envolvió dentro de un aura gris, podía ser protagonista de cada uno de mis latidos sincopados, circular dentro de mí, al ritmo del flujo de la sangre escarlata que rondaba a través de mis venas invisibles; todo era color de rosa.

Respiré profundamente, y vi circular a través de los conductos de mi sistema respiratorio el aire que penetraba en mis pulmones; el panorama era morado, magenta de interiores que me condujeron a la calma anhelada. Continué con los ojos encerrados en mis párpados, mientras mi cuerpo comenzaba a difuminarse y a confundirse con el espacio que me rodeaba, yo era uno con mis pensamientos, y cuando menos lo esperaba, me convertí en un sentimiento amarillo; todo en mí era parecido a un fluido enrarecido que circulaba asincrónicamente, por primera vez en mi existencia avanzaba sin obedecer un orden preestablecido, mi destino era verdoso, nada parecía tener sentido, y no me importaba.

Me encerré herméticamente en mi propio capullo, avanzaba en mi espacio inviolable por las leyes divinas y humanas sin remordimiento alguno; la estela naranja que dejaban mis pasos al deslizarme por mis recuerdos, mezclados con mis pensamientos y desbaratados por mis sentimientos, dibujaba la historia sin contar de mis sueños más profundos, confusos y difusos.

Estallé en mil pedazos, y sin percatarme del cambio, abrí los párpados liberando a mis ojos de su estado, lo que divisé fue tan solo el reflejo de mi pasado, que era el presente de mi futuro. Nada había cambiado, solamente mi esencia.

*Imágen de Katy Towell