Hablar de la muerte, no es un tema muy “agradable” para mucha gente, en especial, hablar de la propia, pero mucha gente agarra valor para burlarse de la muerte, en particular, estos días de noviembre. Personalmente, siempre he sido de la opinión de disfrutar al máximo diariamente un día más de vida, disfruté mi niñez, mi adolescencia, y estoy disfrutando, muy a mi manera, esta etapa de transición en la que me encuentro, pero, siempre que alguien me ha preguntado, siempre he dicho que no me gustaría vivir muchos años, y que en el momento en que deje de ser autosuficiente, y comience a ser un estorbo o una carga para mis familiares, preferiría ser desconectado, medicado, que acabasen con mi martirio y sufrimiento, por eso, siempre he estado a favor de la Eutanasia, cuando ya no soporte “vivir” que me apaguen. En fin, que al fallecer, y luego de ser cremado, y mis cenizas, hayan sido esparcidas en el mar de Campeche, y si mis sobrevivientes, así lo deseasen, que en una placa hecha en mi honor, ésta diga la siguiente inscripción:“Aquí se recuerda a Juan Carlos, ingeniero soñador y poeta sin sentido, un ser humano como cualquier otro, pero, único en su locura”.
1 comentario:
Ah que bueno su epitafio!
parece que somos muchos los que optamos por la cremación, pobres gusanos se quedarán sin cena jajajaja
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