Por debajo de las escaleras:
Un zapato roto, un triciclo oxidado, una patineta frágil.
Las risas aún se escuchan por debajo de las escaleras,
Entre telarañas y un caballo de madera arrinconado,
Los estuches de los discos de vinilo se pudren en la humedad,
En la oscuridad, en el olvido, el recuerdo agobiante.
Por debajo de las escaleras:
Un playmobil despintado, la cuja de un disco infantil.
Las paredes mohosas coleccionan el tiempo,
Ocultando bajo sus costras dibujos inocentes,
El olor que emana el olvido envuelto en la oscuridad,
Por debajo de las escaleras, se mueren vírgenes los recuerdos.
Por debajo de las escaleras:
Una pistola sin balines, una timbomba olvidada.
Entre cajas de archivo muerto, descansa mi infancia,
Negra e inhóspita su morada, adornada por telarañas,
Muñecos sin cabello, con los ojos ausentes, sonrisas nostálgicas,
Atesoran épocas lejanas, muriendo lentamente debajo de las escaleras.
Por debajo de las escaleras:
Un libro de texto de primaria, una linterna de acero oxidada.
Una lágrima de nostalgia, la última mirada al pasado,
Instantes revividos, imágenes en flash back,
Por debajo de las escaleras, el adulto recuerda al infante,
El recuerdo abandona su refugio, siempre debajo de las escaleras.
Por debajo de las escaleras:
Los recuerdos se transforman en olvido y la inocencia se llena de telarañas.
martes, 4 de noviembre de 2008
Por Debajo de las Escaleras
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1 comentario:
Me has devuelto, completa, la caja de imágenes y recuerdos de mi infancia. Esa que huele a neo melubrina y que guardo en mi cabeza.
¿Qué diría Juan Carlos niño del Juan Carlos de hoy?
(esa pregunta se me ocurrió cuando hice el desnudo intelectual de La Cordero y me pareció bastante ingeniosa y buena pa la reflexión)
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