Hay ocasiones en las que me siento como un vaso medio lleno de agua, en que lloro y sonrío al mismo tiempo, no, no soy bipolar, pero siento la ausencia de algo que tengo muy presente en mi vida. Como si esos días fuesen grises, pero con un rayo de sol saliendo de entre las nubes que se abultan encima de mi. Siento como si una parte de mi ser estuviese perdida en algún lugar, perdida más nunca extraviada, como una presencia tangible, que se encuentra en mi búsqueda. Me siento como si estuviese de pronto detenido a mitad de un sendero predestinado, y de repente, sintiese unas profundas ganas de salir corriendo sin rumbo fijo, solamente salir corriendo, pero algo me mantiene fijo, me amarra los pies y no permite que den un paso en falso, me abre los ojos y me describe el camino que debo andar, sin mirar hacía atrás, mueve de repente mis pies en el camino correcto, y me espera al final, o quizás en algún punto en lo más alto de una cúspide o en la salida de una curva muy pronunciada.
En ocasiones, mi mundo se oscurece y mi cuerpo vibra de ansiedad, desesperado, busco el interruptor que accione de inmediato la luz de la tranquilidad, pero existe una fuerza en mi interior, que me tranquiliza, que me llena de calor y confianza, y hace que mi vista se adecue a la obscuridad, hace latir decididamente a mi corazón, y termina por alejar el miedo que provoca sentirme en un lugar inhóspito. De repente, siento que tus palabras me devuelven la idea que sentí desvanecida en medio de tantas hipótesis, tus palabras sabias y llenas de tanta razón, pero, esas palabras no provienen de algún lugar con lógica, provienen de un lugar mucho más primitivo, instintos, sentimientos e incluso podría decir que se alejan del cerebro y salen a la superficie por medio de tu alma, que detiene entre sus manos a tu corazón. Nuevamente, mi mente me conduce por senderos de tristeza, que producen equimosis en mi corazón, pero existe una cura para mi desesperación, y es la calma que me brinda el brillo que destella de tu mirada, que, aunque lejana, es visible por los ojos de mi corazón, que escose mis heridas y las cierra imperceptiblemente. Hay ocasiones en las que simplemente, te extraño.
4 comentarios:
nombre!! creo que estubieramos mintiendo si muchos dirian que no e hemos pasado esos momentos mi estimado metropolis pero la realidad es que si son momentos en donde todo se te viene a la cabeza dudas,temor, miedo. y en si no entiendes porque sientes que algo te falta, que hay algo que tu corazon o tu alma anhela tener. pero si lo vez bien esa persona o esa cosa estan en ti mejor dicho las llevas en ti desde la primer ves que se unen a ti. muy bien metropolis tu trabajo cada dia mas cautiva mis saludos y respetos.
Creo que vivo extrañando
Mmmm... bienvenido a la edad de esas preguntas. De los 28 a los 31, más o menos. Bienvenido a la adultez.Je.
Saldos.
A todos nos pega la nostalgia. Las ganas de extrañar y añorar a veces son positivas, las preguntas que se derivan de ello tienen respuesta en nosotros mismos aunque sea difícil de creer. Habría que analizar el sendero por el cual caminas ¿es el más correcto para ti o para los demás?, se pregunta muy sencillo pero se responde con complicación. Saludos.
“BUENAS NOCHES, BUENA SUERTE”
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