T of B: Thunder of Blood

Siempre he estado cerca de la música, siempre ha inundado mi cuerpo con sus notas, sus ritmos, y melodías, pero nunca le he sonreído de la misma manera que ella me sonríe, quisiera regresarle un poquito de la vida que me ha proporcionado a lo largo de toda mi vida, pero nunca he podido, ¿la razón?, no se tocar ni siquiera las maracas…y es esa frustración la que me hizo recordar la única incursión en el ámbito musical, un fracaso y una espina negra de vergüenza que me hiere cada que recuerdo a ese niño de 13 años, proveniente de una escuela Marista, en la cual estudie guitarra (tengo dedos de artrítico), flauta (lo mismo que el anterior más una falta de armonía cabrona), canto (por la supervivencia de los cristales de la escuela y los tímpanos de mis compañeros mantuve mi voz retirada de ensayos y rondallas dedicadas a la virgen maría, que si me hubiera escuchado en realidad, mandaba a la chingada al arcángel Gabriel y se rehusaba a concebir a quien salvaría a la humanidad para nunca más escucharme cantar de nuevo) y por último órgano, con clases particulares en casa a cargo de mi hermano y de otro individuo que no recuerdo bien su nombre, pero que hubo indicios en que sí podía tocar un instrumento, tecladista…un grupo de amigos de la colonia donde viví mi infancia hasta llegar los 15 años de edad (no hubo chambelanas ni strippers ni nada parecido pues los gastos familiares se iban a la mudanza hacía una nueva dirección), nos juntamos una noche en casa de uno de ellos, y comenzamos a platicar y a escuchar música, alguno de ellos a tocar la guitarra, y así, al calor de la plática, el relajo y unas buenas coca colas, unas pizzas cortesía de la mamá de mi cuate y unos cuantos cigarros marlboro 100’s (coño, si no empecé a fumar con alacranes ni tigres, empecé con los más fuertes y extra largos cigarros en el mercado…15 años fumando), salieron las primeras ideas, palabras mezcladas con un pseudo ritmo que cada uno le fue dando a cada estrofa que salía de nuestras pubertas cabezas, recuerdo haber corrido hacia mi casa y llevarme mi teclado, mientras otro de mis amigos iba a su casa por un bajo que le habían regalado para sus clases de música, mientras que entre los quedados se pusieron a juntar cajas de “archivo muerto” para darle vida a una muy pero muy chafa batería (no recuerdo como le hacían para darle vida al bombo, pero hasta eso estaba incluido en el “sonido” de la banda)…así que, esa noche nació el primero de cuatro temas compuestos por una de muchas bandas infantiles con ganas de hacer música con tan sólo mezclar notas, melodías y palabras a diestra y siniestra, de esa noche nació y tuvo un periodo de vida de no más de 3 semanas, muriendo al fin una noche en que además de coca colas, surtido rico de papás fritas, pizzas, cigarros marlboro 100’s, y nuestra primer botella de whiskey (cortesía a la de a huevos y sin que se entere el viejo, del papá del dueño de la casa) de un grupo que se llamó Thunder of Blood (T of B para los cuates que aún recuerden esos 4 toquines en el patio de la casa del anfitrión, incluye el “Dejen de hacer escándalo chamacos del demonio” hasta el aullido del perro del vecino, hasta las grupies que se juntaron en dos ocasiones para tirarle los calzones al buen anfitrión, incluida mi ex primer novia, chale!)…4 temas nacieron de las cabezas de 4 individuos, El Fin, Thunder of Blood (incluye intro elaborado magistralmente por su servilleta, chale, pinche órgano estilo Drácula pero que se escuchaba cagadísimo con el coro involuntario de los perros callejeros y los maullidos del gato que atravesaba la barda del patio, y rematado con el “Dejen de torturarme todas las noches con su ruido hijos de la chingada!”), El Jodón (compuesto en el baño de mi casa, y descompuesto al presentárselo a mis amigos al día siguiente de ensayo, convirtiéndolo en un rap estilo ¡Qué Pasa!, y siendo la fuente de mis peores pesadillas y el motivo por el cual me enclaustré por dos años en la profundidad de mi cuarto, y ser un niño demasiado solitario durante mi secundaria…que hablaba o rimaba o despotricaba acerca de uno de los amigos de la cuadra, que era el gandalla de entonces, y que al serle presentado el tema para su desaprobación, terminó bailando su break dance mientras yo “rapeaba” y los demás coreaban a ritmo de la mejor presentación que ese tema haya tenido y vaya a tener nunca en la historia de la música…un verdadero desmadre) y por último un tema que no recuerdo el nombre y mucho menos de qué trataba pero era un pseudo intento de tema progresivo, no debió de ser ni por asomo algo aceptable, por lo mismo ni recuerdo nada de él…en fin, tras grabar los temas en una especie de grabadora, y dejar para la posteridad de la señora que haga la limpieza en casa del que se lo quedó, y que alguna vez llegó a las manos y oídos de mi hermanita y sus amigas, y después de sufrir la respectiva burla (incluye coro de la canción compuesta y “dizque” cantada por mí), y tras sufrir el “baje” de mi primer novia a manos del dueño de la casa donde ensayábamos y tocábamos, y al irse uno de ellos a vivir a Mérida, y otro entrar a estudiar música como debe de ser…el grupo murió, gracias al cielo y a la buena fortuna…Thunder of Blood, un grupo que nunca debió existir, un grupo que sólo habita en los recuerdos de sus 5 integrantes (ya ni el vecino que nos mentaba la madre todas las noches se debe de acordar de nosotros), T of B, se guardó, se quemó y se juró que nunca volvería a la vida…ojala me enterara que el cassette donde están mis primeros y últimos pininos en una banda desaparezca por el resto que me queda de vida…Thunder of Blood, ¿Quién no ha soñado pararse en un escenario y tener éxito?

The Cure - Boys Don't Cry