Escribir...Es un Sueño hecho Realidad

Escribir es un placer. Manufacturar con palabras las imágenes que se proyectan en mis pensamientos, ha sido un pasatiempo maravilloso durante todo este tiempo en el cual me he comprometido, personalmente, ha realizarlo. Definitivamente, el hacerlo, se ha convertido en una necesidad para mi cerebro y mi corazón, porque en muchas ocasiones, me había percatado de guardarme en la profundidad de mi alma, tantas cuestiones que me mantenían agobiado; los sentimientos pueden ser expresados con mayor facilidad cuando los vas dejando en libertad, y no sólo al plasmar un poema o un ensayo, sino al dejarlos fluir en viva voz, cuando te das cuenta que, hilera por hilera, el muro que te protegía emocionalmente, va cayéndose sin siquiera percatarse de ello; los pensamientos se tornan más fluidos que antes, pues llega un momento en que se arremolinan en tu cabezas tantos que, terminas sin encontrarle el inicio, el desarrollo y el desenlace a los mismos, terminaba uno pensando muchas cosas, plantearse hipótesis, hacerse conjeturas, pero, nunca ser capaz de desarrollar una conclusión al respecto.

Escribir es un arte. Darle vida a una idea, parirla, alimentarla, educarla, y verla crecer hasta que te deje de pertenecer y llegue a formar parte de una idea colectiva y generalizada, ha sido un placer espontáneo, que nunca pensé podría dárseme en la magnitud en la que se me ha demostrado. Definitivamente, el soñarlo, el vivirlo, el haberlo realizado, me llena de orgullo al grado de sentirme tan lleno que mi cuerpo pesa y me mantiene sobre los pies bien plantados en el suelo, siempre estaré agradecido con cada una de las palabras de aliento y enhorabuenas con las que me han llevado a impulsar mi mente hacía alturas insospechadas por mí, pero sé que, esto es tan sólo un pasatiempo, un maravilloso ejercicio mental y personal. Podría sentirme orgulloso de lo que he logrado y por la gente que he tocado internamente, podría cerrar los ojos e imaginarme sus sonrisas, sus ojos segur cada una de las letras que se han conjugado en un aullido hacia el cielo, podría entregar un pedazo de mí por cada texto que he publicado, sé que podría seguir haciéndolo porque eso es lo que ha sido este espacio para mí…un constante desahogo y agradecimiento hacia el aire, hacia el agua, hacia el fuego y hacia la materia en general.

Escribir es mi vida. Y si las palabras perdieran su coherencia, éste sueño habría terminado. Por eso, estoy desarrollando una serie de palabras que me indican que aún sigue vivo este sueño, y que si la vida me permite seguir uniendo mis pensamientos con mis sentimientos en un texto que exprese lo que mi corazón le dicta a mi cerebro…mi alma seguirá brillando. Seguirá viviendo Metrópolis, y Juan Carlos seguirá soñando.

Oda a la Crítica - Pablo Neruda por Joaquín Sabina