Y aquí estoy, pintándote diariamente mi recuerdo con palabras, por escrito, o con las voces que apresuradas buscan llenar de emociones unos cuantos minutos al día…mirando tus ojos y tu sonrisa hacia dentro de mi alma, pidiéndole a la luna y a las estrellas que no me olvides en la mañana, deseando que la vida no sea tan difícil cuando encuentras al ser amado, que el tiempo te remunere las lágrimas gastadas en el mercado negro de los sentimientos…viviendo los pocos momentos que podemos compartir en persona, como si los segundos fueran días y las horas años, con el miedo a pestañar y darse cuenta que tan sólo es un sueño, sentir el calor de tu aliento cuando duermes, sentir la suavidad de tu piel, recorrer tu delgado cuerpo con los ojos cerrados engañando al recuerdo con sueños de contrabando, plasmando los momentos en palabras y disfrutar tu respuesta…es fácil exponerte a esta locura, enamorarse diariamente a través de una pantalla brillante llena de caracteres tan fríos y distantes pero capaces de llenar de calor la agonía que es el amanecer sólo y soñar acompañado…buscando la ruta exacta para llegar a tus besos, soportando el tintineo de tus cadenas que te aprisionan tan lejana a mi cuerpo, a mis labios, a mí…y aquí estoy, alejándome de tu cuerpo y acercándome a tus letras, a acostarme frente al calor de tu brillo inalámbrico, poseyendo cada centímetro de tu cuerpo en secreto y a lo lejos y, sin embargo, mi corazón late tan fuerte como esa noche en la que nos robamos el aliento y las palabras tuvieron eco y las sonrisas se escucharon y, nuestros cuerpos se conocieron.
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