La historia se escribe cada segundo que el mundo gira, dando vueltas como los pensamientos en mi cabeza…la arena del reloj continúa su curso, así como las ideas de encontrarme cada que me pongo frente al monitor…muchas historias continúan escribiéndose diariamente, algunas más sobresalientes que otras, pero a final de cuentas la historia más importante es la que se escribe día a día cuando cada individuo abre los ojos y se encuentra ante sus propias adversidades, sus propios retos…hay historias privadas que sólo se guardan en la profundidad de la memoria de las personas, otras sin embargo quedan abiertas al ojo público, sin miedo alguno de ser un artículo de consumo y desecho por parte de los que posan sus miradas sobre las líneas que escriben sus protagonistas…yo decidí escribir la mía, a veces de manera directa, sin adornos, cruda y visceral como fue en un principio, espontánea y divertida, cariñosa y llena de sentimientos, musical como una banda sonora interminable y poco original, abierta y desenfadada…la historia que cuento en éste diario se escribe en primera persona cuando me libero del miedo de mostrarme a mi mismo, y en otras ocasiones, la segunda persona narra sus sueños, a veces las dos cabezas que se encuentran dentro de una sola, la mía, narran en tercera persona relatos sin moraleja, simple cuentos o deseos o ideas que no son propias de mi existencia, simplemente cuentos…los deseos por encontrarme cada día de manera distinta, con los ojos del reflejo en el espejo, de encontrarme en la sombra que se proyecta, de encontrarme contigo (si es que existes) meciéndome entre tus cabellos, conquistando mis temores…la historia que a veces tengo que parar y retomar cuando mis deberes me lo exigen, la misma que les presento constantemente entre versos, entre palabras ligadas por puntos suspensivos, no seré el mejor escritor ni lo quiero ser, es un escape o a lo mejor es la puerta de entrada a mi cabeza, pero sé que lo que me atrevo a mostrar son pequeñas islas que juntas crean el enorme continente que soy, un fragmento, una estrofa, una idea, un sueño, todo junto forma lo que es Juan Carlos y lo que en fragmentos Metrópolis se los expone casi a diario, cuando se despabila…soy lo que expongo y lo que me trago, soy un libro abierto con hojas cortadas, paginas en blanco y a veces a todo color…soy el ingeniero que construye con palabras los cálculos mentales que realiza a diario, mi vida es la estructura que día con día se somete a las cargas cotidianas y permanentes que una persona común y corriente recibe, no soy más pero tampoco soy menos, vivo en la equidad como muchos otros…vivo, muero de vez en cuando, río como ríen los que tienen razón de reírse, lloro cuando me da la gana, triunfo cuando debo hacerle frente a las adversidades y a los obstáculos, me derroto cuando me lo propongo por el placer de levantarme, amo como todos los humanos que encuentran la razón, admiro cuando los ídolos se lo merecen, odio para recordar lo que perdí…los sentimientos van y vienen, como el día se transforma en noche, como los minutos se convierten en horas, pero me detengo para escribirlos, hace once meses que lo hago, y poco a poco me entero que alguien me lee, que alguien se toma unos segundos de su tiempo para dejar a un lado su historia y enterarse de la mía, a todas esas personas les agradezco eternamente esos segundos perdidos entre estas letras…la vida continúa dando vueltas, las ideas también…enciende el motor Metrópolis y veremos hasta dónde nos lleva el camino, en 11 estaciones nos hemos detenido a tomar gasolina, hemos comprado el material suficiente para rodar un mes más, ya se acerca la primera meta de este circuito, pero enfoquémonos en éste último tramo, ya pronto celebraremos el triunfo, ¿compraste los cigarros?, que ya sólo me queda uno en la cajetilla…levemos el ancla y zarpemos hacia nuevas islas…escribamos un mes más…bienvenidos sean los que quieran subirse a este coche, ya pagamos la cuota de la autopista 11…Gracias!
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