Despertar,
Sacudirse el polvo de la madrugada, y suspirar,
El plafón se desvanece entre las aspas del ventilador,
Se entrelazan los hilos conductores de mil y un placeres oníricos,
Sábanas revueltas, y un cuerpo inerte se aventura debajo de ellas,
Soñar despierto, deshacer el mundo en un dos por tres,
Una historia, dos extremos, tres enigmas,
Y el mismo desenlace a cuestas,
Despertar, sacudiéndose el polvo de una soledad caducada.