Mientras que el tiempo pasa, tu y yo,
Nos encontramos y desencontramos sin cesar,
Caminos entrelazados, pasos dispersos al azar,
Destinos en borrador, somos el almanaque del dolor.
Y el amor, el disolvente de esta unión,
Reverdece en cada primavera, el sudor huele a jazmín en un colchón,
Y el dolor, el activo de esta separación,
Se marchita en cada otoño, el jardín del olvido huele a tristeza tras el adiós.
Mientras que el tiempo pasa, tu y yo,
Nos desencontramos en el encuentro cotidiano,
El cauce del destino, nos digiere en el intestino,
De la mar y del amor, sólo restos de espuma en la bajamar.
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