Muchas veces a lo largo de mi vida he tenido amores, por llamarlos de alguna manera, fugaces, amores ficticios, amores platónicos, de esos que cuando ves a una mujer de manera frecuente, sin convivir con ella, simplemente la observas, siempre a la misma hora, el mismo día, la misma rutina, que llega a convertirse en vicio, en esa clase de vicio más poderoso que las drogas mismas, que llegas a pensar que si algo extraordinario pasara y no fuera posible mirarla pasar, si no tuvieras esos minutos, esos segundos contemplándola, tu vida no tendría sentido, llegando a tal grado de obsesión que renuncias al derecho o al deber de acercarte y pedirle su nombre, ya ni digamos pedirle su teléfono y querer conocer aún más de esa persona, porque la tienes idealizada de una manera perfecta, la idolatras, al grado de ponerle un altar en tu corazón sin ni siquiera haber sentido su respiración en tu oído, sin ni siquiera haber probado el néctar de sus labios, por temor a bajarla de ese pedestal sobre el cual la tienes levantada…eso para mí, es un amor platónico, y he de confesar que he tenido muchas diosas instaladas en su altar, ¿Qué provoca mortalizarlas?, el contacto, el conocimiento, el saberlas humanas, he renunciado al contacto con muchas diosas por el miedo de hallarlas imperfectas, por encontrarlas humanas, por sentirme rechazado…la timidez ha sido parte fundamental en la clase de persona que soy hoy en día, una persona segura, un amante apasionado, un hombre cariñoso, solamente me hace falta ser un hombre entregado, y sé perfectamente que cuando eso llegue, cuando sea, viva, respire, coma, beba, camine, exista por una mujer, esa mujer será una diosa, pero no una diosa platónica, será una diosa de carne y hueso, una mujer que robe mi mirada al moverse de la cama al baño, que robe mi respiración cuando duerma a mi lado, que robe mi mirada con un solo pestañeo, ¿Porqué empecé alabando a mis diosas platónicas?, porque sin ellas no sabría qué clase de diosa humana quiero en mi vida mortal…ya estaré con ellas cuando llegue la inmortalidad.
3er Acto - Bajo un Cielo Gris
2 comentarios:
Wooooow!. creo que el problema de todo esto del amor. es porque muchas veces nos exiguimos demasiado (no a la pareja) aunq tambien, pero mas a nosotros mismos.... nos cuestionamos tantas cosas, y tenemos tantos miedos que al final no damos la oportunidad a vivir cosas extraordinarias.
y lo mismo pasa con la pareja, temene amar, temen que los dañen, temen como sera, en lugar de dejarse facinar por eso platonico y hacerlo real o darse la oportunidad de conocer algo que no habian pensando.
saludos!!!
y gracias por todos los comentarios.
linda semanix
A.
pos si estoy de acuerdo contigo a veces ponemos a las mujeres o hombre en pedestal y no te acercas a ellos por el temor de conocer sus errores pque eso completamente danaria las imagen de dios o diosa que tenemos de ellos/as. pero tambien no vemos que esas imperfecciones a veces son las que nos enamoran o a veces estan tan enomarado de esa persona que esa imperfecciones salen sobrando. por eso digo quel amor no es para cualquier persona solo para aquellos que estan dispuestos a sacrificarlo todo por su ser amado. sabiendo que te uniste a esa persona para serlos feliz y la feliz de uno viene de ver ese ser querido feliz. En fin tuviste unos buenos puntos en este escrito y mi agrado un tanto asi que siquele j.c
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