En la penumbra de un bar se refugian las almas solitarias, sedientas de cariño…Añorando la mano calida que les devuelva el calor perdido, el calor deseado…Las ninfas del congal danzan al ritmo de la lujuria, oliendo el aroma del dinero…Sensuales almas del ocio y la perdición, extirpan la piel doblada que envuelve el néctar ansiado…Los solitarios confunden el placer nocturno con la felicidad, intercambian el producto del trabajo por unos minutos de placer…El mercado de la carne es cada día más solicitado, el vacío del mundo se derrite entre sus manos, ávidas de fortuna y muertas de amor…Beben y beben como si fuese esta su última noche, como si el diablo se llevara sus vidas y sus penas…¿Se alcanza el placer regalando el pudor y la decencia?, tan sólo se engaña el alma, que vacía clama llenarse con licor y con señales de cariño comprado…en las esquinas es igual, la vida vacía de compradores y vendedoras, intercambian almas y seducciones por tan sólo unas cuantas monedas…¿venderías cara tu alma por el placer del trabajo fácil?, ¿te entregarías a una vida seductiva a cambio de tu vergüenza?, ¿implorarías perdón a tu familia?...muchas almas ruedan por el mundo, por las calles, a oscuras, pepenando entre los restos humanos que deambulan en la oscuridad.
El Haragán & Cía: En el Corazón no hay Nada
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