A lo lejos escucho su voz, como en otras ocasiones no es muy claro con sus ideas y mucho menos con sus palabras cuando está extasiado, no sé qué mosca le habrá picado esta mañana, confieso que me pone nervioso verlo de esa manera poco usual en él, simplemente le hace falta colocarse un gorro de fiesta y colocarse el “espanta suegras” en la boca… ¿por qué estás tan emocionado?, le pregunté, y se me quedó viendo con cara de “no te hagas pendejo Juan Carlos”, y yo sin entenderle aún a qué diablos se refería, me metí a bañar.
Vaya que estaba extasiado el individuo, porque se oía en el fondo e inundaba esa extraña melodía el baño, “El Rey Tiburón” de Maná!!!...ahora si que salí en chinga del baño y me lo agarré a punta de madrazos pues no podía entender qué era lo que le pasaba…hasta estaba bailando, y coreaba gustosamente la canción en la televisión.
Piensa, me dijo, tú que eres un aficionado de los números y las fechas, tú que hace varios meses me sacaste de tu cabeza, que me imploraste ayuda cuando más necesitabas descargarte emocionalmente, no tienes ni la más remota idea de por qué podría estar hoy precisamente emocionado por ti…me dejó en las mismas.
Si no fuera éste un año bisiesto, si hoy no fuera 29 de febrero, hace exactamente un año, hace 365 días, ¿qué diablos estabas haciendo, Juan Carlos?, me dijo ya con ganas de tirarme por la ventana de mi cuarto para que se me quitara lo pendejo.
Pero tiene razón, hoy no es un día común y corriente, además de ser un 29 de febrero, hoy hace 365 días estaba arribando a las 6:30 de la mañana, a la Ciudad de Puebla de Zaragoza (prefiero realmente el “de los Ángeles, pero una mamada más del gobernador del coñac, el héroe de la película papá), aún guardo el boleto de autobús, aún guardo la emoción que sentí al comprender que empezaba una nueva historia en mi vida, así que, Metrópolis, viejo amigo, gracias por la compañía, gracias por tus ideas, gracias por ser parte de mi historia, gracias por mantenerme entre la locura y la cordura. Un año no es nada, se ha pasado volando, y el tiempo que me falte será aún más valioso para el que estas líneas escribe.
The Dreams of Metrópolis: El Tiempo es el Juguete del Diablo.
Vaya que estaba extasiado el individuo, porque se oía en el fondo e inundaba esa extraña melodía el baño, “El Rey Tiburón” de Maná!!!...ahora si que salí en chinga del baño y me lo agarré a punta de madrazos pues no podía entender qué era lo que le pasaba…hasta estaba bailando, y coreaba gustosamente la canción en la televisión.
Piensa, me dijo, tú que eres un aficionado de los números y las fechas, tú que hace varios meses me sacaste de tu cabeza, que me imploraste ayuda cuando más necesitabas descargarte emocionalmente, no tienes ni la más remota idea de por qué podría estar hoy precisamente emocionado por ti…me dejó en las mismas.
Si no fuera éste un año bisiesto, si hoy no fuera 29 de febrero, hace exactamente un año, hace 365 días, ¿qué diablos estabas haciendo, Juan Carlos?, me dijo ya con ganas de tirarme por la ventana de mi cuarto para que se me quitara lo pendejo.
Pero tiene razón, hoy no es un día común y corriente, además de ser un 29 de febrero, hoy hace 365 días estaba arribando a las 6:30 de la mañana, a la Ciudad de Puebla de Zaragoza (prefiero realmente el “de los Ángeles, pero una mamada más del gobernador del coñac, el héroe de la película papá), aún guardo el boleto de autobús, aún guardo la emoción que sentí al comprender que empezaba una nueva historia en mi vida, así que, Metrópolis, viejo amigo, gracias por la compañía, gracias por tus ideas, gracias por ser parte de mi historia, gracias por mantenerme entre la locura y la cordura. Un año no es nada, se ha pasado volando, y el tiempo que me falte será aún más valioso para el que estas líneas escribe.
The Dreams of Metrópolis: El Tiempo es el Juguete del Diablo.
NICKELBACK - Rockstar
*Gracias a todos por el apoyo que me han dado despúes de un año de lucha y esfuerzo en la maestría y en mi nueva vida.