Las prohibiciones
son
el reflejo hipócrita
de aquellos
que disfrutan sus propias prohibiciones
en cuartos
oscuros,
mientras que
a la luz
son el reflejo hipócrita de aquella
sociedad/decadencia
que disfruta de actos prohibidos
a puertas cerradas,
al abrirlas son
el resplandor de una moral
que sanciona con destinos
perversos e imaginarios
a sus propias almas
que anhelan vestirse de cuerpos
de deseos prohibidos
para disfrutar de una eternidad en n-ésimos círculos
de placeres prohibitivos a la carne,
cruda
latente
sangrienta
como la consciencia de aquellas personas
que rasgan
los límites entre las vanidades y las banalidades,
las prohibiciones
no son más que menos
cuerpos
entregándose en mente y alma
al deseo y al placer
que más almas entregan a sus cuerpos
a través de sus mentes.