Jamás aprendí a deshacerme del dolor,
La hoja pesaba tanto que escribía sobre las mismas lineas
Jeroglíficos que ni yo mismo entendía,
Me da miedo una hoja en blanco.
He desnudado el alma,
Interpretando al único personaje que desconozco: yo mismo,
Aún cuando la interpelación de mi mismo, no haya rendido frutos,
Ni encontrado al culpable.
Al principio,
El corazón comenzó a gotear sangre y a conocer el dolor,
Clavo tras clavo fueron perforándolo sin detener la hemorragia,
Todos permanecieron y ninguno desechó al anterior,
Se mezclaron aumentando el dolor.
Errado,
Comparándolas con un amor idealizado,
La mujer de mis sueños va ganando,
Tan vivida, sintiéndome yo tan lúcido,
Siendo tan sólo otro varón estúpido.
El dolor endurece el semblante,
Y adormece al ser pensante,
Derramando su llanto a la corriente,
Haciendo mierda nuestro presente,
Deshaciendo los supuestos precedentes.