Y encontraré un escondite donde guardar los años venideros,
Un lugar alejado de donde brillan la luna y las estrellas,
Quizás, un jardín que disfrace la premura del invierno,
En el cual exista un verano eterno.
Construiré un canal, para almacenar las corrientes que me inspiran,
Y encauzar hacía el olvido, las aguas mansas del conformismo,
Un espacio en el corazón, una alegoría de mi alma,
Donde el tiempo ya no sea lineal.
Atraparé el destino en una espiral, que yo mismo dibujaré,
Mientras que los granos del tiempo se esparcirán al azar,
La cuenta regresiva no conocerá final,
El futuro y el destino son tan sólo un juego de niños.
Y escribiré un poema encriptado en las arrugas de la piel,
Un último pensamiento que nadie comprenderá,
Quizás, mi última voluntad disfrazada de arrullo de consciencias,
En la cual exista mi autobiografía sin final.
Conspiraré en contra de los efectos de la madurez,
Y al tiempo lo desfragmentaré en un sólo recuerdo,
Una sonrisa eterna, una metáfora de la satisfacción,
Donde el tiempo se convierta en espiral.
sábado, 10 de abril de 2010
En Espiral
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lunes, 5 de abril de 2010
Delirios de una Consciencia
Desperté sin comprender el porqué
La perspectiva de la realidad se difuminaba
Al entrar en contacto con la inconsistencia
De mi subconsciente; me pregunté el porqué,
Y descifré que, al contrario de lo que pensaba,
El corazón dictaba la transparencia
De mi consecuente; determinado, me pregunté el porqué,
Porqué mi cerebro hurgaba secretos que no albergaba,
Dudé, por un segundo dudé, opté por la ignorancia
De mi ser consciente; desesperado, pregunté el porqué,
Y mi voz se distorsionó cuando la imaginación se deterioraba
Al enredarse el sol con el agua, y entre las burbujas, mi cielo se obscurecía
En el instante mismo del despertar de mi vida, no sé porqué
Desperté en un instante de tiempo sin saber lo que me transtornaba,
Si tan sólo fue un mal sueño, o un terrible despertar.
La perspectiva de la realidad se difuminaba
Al entrar en contacto con la inconsistencia
De mi subconsciente; me pregunté el porqué,
Y descifré que, al contrario de lo que pensaba,
El corazón dictaba la transparencia
De mi consecuente; determinado, me pregunté el porqué,
Porqué mi cerebro hurgaba secretos que no albergaba,
Dudé, por un segundo dudé, opté por la ignorancia
De mi ser consciente; desesperado, pregunté el porqué,
Y mi voz se distorsionó cuando la imaginación se deterioraba
Al enredarse el sol con el agua, y entre las burbujas, mi cielo se obscurecía
En el instante mismo del despertar de mi vida, no sé porqué
Desperté en un instante de tiempo sin saber lo que me transtornaba,
Si tan sólo fue un mal sueño, o un terrible despertar.
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