domingo, 22 de noviembre de 2009

Con el Vaho de Babel

Extraviado,
La brújula marcaba el norte en dirección contraria,
Las medias, vueltas, están prohibidas en este desierto,
Mi corazón se erosionó a sotavento.

Tiritando,
Las noches son frías bajo la luminiscencia de tu ausencia,
El cielo, revuelto, inauguraba constelaciones bautizadas con tu nombre,
Mi corazón explotó en un Big Bang.

Moribundo,
La esencia de la vida se evaporaba en el añoro,
Las bragas, revueltas, inspiraban tertulias lejanas a tu Edén,
Mi corazón simulaba estar hecho un Adán.

Vagabundo,
Las noches resaltaban las sábanas desatendidas carentes de tu aroma,
Los sueños, de vuelta, entrelazaban mis caricias olvidadas y tus anhelos resquebrajados,
Mi corazón se desveló entre tus piernas ausentes de ti.

Decepcionado, ¡jamás!
Diciembre se aproxima y tus zapatillas te alejan hacía abril,
Mi temple, devuelto, sonríe ante la paradoja de un cielo sin estrellas,
Mi corazón se evaporó y se mezcló con tu aliento.

Enamorado,
¿A qué sabe el amor cuando el corazón aún no está sazonado?
El sentimiento, envuelto, se sujetaba a las condiciones de uso,
Mi corazón ardía bajo bajas pasiones.

1 comentario:

Gabriel Cruz dijo...

Wow Juan Carlos, qué inspirado, me he distraído en algunas partes pero la poesía fluye muy bien. ¡saludos!...