domingo, 31 de mayo de 2009

Joaquín Sabina - Peor para el Sol

...Bajo las Lluvias de Mayo...La Luna se Estremece

Ando volando bajo, y las águilas no anidan en los arbustos. ¿De dónde surgió la voz que me arrulló entre suspiros? El ambiente es espeso y translúcido, ya no sé si voy, vengo ó solamente estoy dando pasos en círculos y no llego a ningún lugar. ¿De quién es la sonrisa al final del arco iris? Fingiría ser un loco para no ser curado, compondría sinfonías con las estrellas, divulgaría mis verdades entrelineadas con obviedades y mentiras disfrazadas con una sonrisa. ¿Cuál fue la secuencia sustraída de mi memoria, por la cual hoy soy un tanto menos dichoso que antes? La medicina para mi bien es la enfermedad de mi mal, y no me canso de escupir mis carcajadas bajo la lupa de los ángeles que enjuiciarán mi discernimiento excéntrico, debajo de la lluvia las lágrimas parecen inexistentes. ¿A dónde se fueron los pasos que avanzaban a lado mío? Caminar por debajo de la luna y las estrellas, escondido debajo de las luminarias incandescentes, sorteando obstáculos y perder la razón a luz tambaleante de las velas…somos una especie en extinción. ¿Quién le tiene miedo a exponer sus sentimientos ante el escrutinio general? Salgo a descubrirme ante tus ojos y a descubrir que aún puedo sorprenderme…es hermosa la vida, aún cuando corre el agua alrededor.
*Imágen de Katy Towell

miércoles, 27 de mayo de 2009

No Quiero Pensar en el Amor

Terriblemente desorientado, me siento extraviado,
No quiero pensar en el amor,
No porque me falte, sino porque me hace daño recordar,
Fantasmas del pasado vuelven a mí,
Al combinar tu recuerdo con el alma del ron.

Un grito a la luna, un porqué al cielo,
Definitivamente, no soy el que soñé ser sin ti,
El recuerdo de tu ser, enredado en mi piel,
No se detiene por un simple ¡adiós!
Ni siquiera pronunciamos esa palabra.

Hace mucho que no abrazo tu almohada,
Aún huele a tu sudor, aún huele a nosotros dos,
Ese rincón entre paredes que guardan tu voz,
Ese pedazo de cielo que bajamos y ocultamos en mi colchón,
Una sonrisa, una palabra, un viejo deseo muerto en tu olvido.

Hoy, hoy seré esclavo del recuerdo,
Desencadenaré la lluvia en mis ojos,
Mojaré la sequedad de la nostalgia,
Hoy, hoy no quiero pensar, en el amor,
Hoy, sólo por hoy, quiero pensar en el dolor.

domingo, 24 de mayo de 2009

Al Otro Lado de la Montaña

Pasada la media noche, subió por el sendero más obscuro de la montaña, la sombra de la luna, caminaba despacio, abstraído en sus pensamientos. Zigzagueaba por las siluetas sin forma que pertenecían a los árboles, arbustos y uno que otro animal silvestre que se cruzaba en su camino, sin percatarse en él. Se detuvo un instante, paralizado por la duda, sintió un escalofrío apoderarse de su piel, una gota de sudor le recorrió el rostro. Volteó.

Estaba sentado, en el portal de su cabaña, a orillas de la carretera que nacía en las afueras de la ciudad. El pasillo de la terraza era de madera, crujía a cada paso que se daba sobre ella y estaba poco iluminado por un par de focos que, intermitentemente, bañaban con su haz de luz las paredes enmohecidas de madera. Tenía la mirada perdida admirando la puesta de sol, a lo lejos, en el horizonte. Fumaba un habano que guardaba con recelo desde hace 10 años, un par de bocanadas cada año, esa misma noche de cada año.

Miró a lo lejos un río de luces, un reflejo artificial del manto estelar se extendía por debajo de sus pies. Reconocía cada una de las luces, podría jurar lo que sucedía detrás de cada ventana iluminada, no era novedad saber lo que pasaba bajo el farol de ese pequeño pueblo a orillas de esa vieja carretera olvidada por los automovilistas extranjeros. Quiso, e hizo el intento, de gritar hacía la línea negra que era el horizonte que dividía lo natural y maravilloso de lo artificial y absurdo, pero sintió que le faltó el aire. Llevaba caminando un par de horas. Cerró los ojos y aspiró el viento de la montaña.

Un par de luces de alta intensidad lo alejaron del ocaso, el habano se le cayó de la boca y le quemó la entrepierna. Súbitamente, se incorporó de su mecedora, pateando una botella de whiskey que tenía vacía a sus pies. La curva donde nacía el tramo de carretera donde se encontraba, en la soledad, la vieja cabaña del hombre, había sido violada en su tranquilidad por un vehículo a gran velocidad. La locura de esos neumáticos al hacer fricción con el pavimento desgastado, por años de nula rehabilitación, lo sacó de sus pensamientos. Una visión confusa se disperso en su mente. El olor a tabaco quemándose lo trajo de vuelta al presente.

Se incorporó de su letargo, abrió los ojos y regresó al sendero bajo la sombra de la luna. La niebla de la madrugada iba avanzando sobre el terreno, apoderándose de toda aquella oscuridad, la heladez de la bruma se apoderó de su piel, y lo envolvió por completo. Reanudó a ciegas su avanzada campaña, la espesa pared le jugaba una broma muy pesada a sus sentidos distorsionados. Tropezaba constantemente con las rocas, los arbustos y los árboles; no había animales en su camino al salir la niebla. Caminaba decidido, sin percatarse del rumbo pero consciente de su dirección. Habían pasado 10 años, una noche como esa misma noche.

Apagó con la vieja madera del piso, su habano. Incorporándose rápidamente debido a un grito que viajaba por el aire que soplaba en dirección del pórtico de su cabaña. Su nombre vibraba en sus tímpanos, su nombre como hace años no escuchaba pronunciar. Su cuerpo se erizó de pies a cabeza, una gota de frío sudor se deslizó a través de su espina dorsal. El ocaso había terminado y el cielo se obscureció súbitamente. El viento comenzó a soplar, deformando las copas de los árboles, cuyas siluetas en la penumbra se podrían apreciar a través del reflejo en el cristal de la ventana. A través del cristal, divisó un remanente de luz, un brillo cuasi espectral. Cerró los ojos y los abrió de inmediato, la oscuridad reinaba detrás de él. Prendió su encendedor de plata, y encendió de nuevo su habano. Sus manos temblaban.

La niebla se disipó, y entre sus primeras aberturas se asomó la luna. Se descubrió del otro costado de la montaña, bañado por la intensidad diurna del astro amarillo opaco. Se dejó caer de rodillas sobre el verde y obscurecido páramo, sus manos se posaron en su rostro, una gota, que no era de sudor, se le escurrió por entre los dedos, su cuerpo tembló de dolor, su alma volaba a su alrededor, fría y descolorada. Su cuerpo se desplomó y, de repente, comenzó a temblar.

Volteo por encima de sus hombros, y divisó la cresta de la curva. Se dio media vuelta y comenzó a avanzar en dirección a la carretera. La luz de la luna coloreaba y le daba brillo al desgastado pavimento. Su mirada recorrió la misma, desde el horizonte, hasta el punto donde se encontraba en la carretera. Se percató un contraste deforme a sus pies, un fragmento del pavimento imposible de alumbrar, devoraba la luz con su obscura intensidad, absorbiendo los pensamientos del pobre hombre. Una lágrima bien formada, se le apareció en el ojo izquierdo, al percatarse, se la enjugó con la manga de su camisa. Volteó la mirada por encima de su cabaña. La luna lo vislumbró desde la cresta de una empinada montaña. Aspiró de nuevo su habano, su lumbre le iluminó el rostro. Comenzó su camino.

Al cabo de un rato, su cuerpo se estabilizó y se reincorporó de nuevo. Frente a él, una pared de piedra se erigía en dirección al infinito, o al menos eso le figuró. Estaba desgastada, casi olvidada. Sus manos comenzaron a cavar una pequeña zanja debajo de ella, sus uñas rasgaban la tierra humedecida por el sereno que comenzaba a descender. Hasta que tocaron fondo, un cuerpo duro y deshecho raspó sus uñas. Su corazón palpitaba velozmente y sonrió. Por encima de la roca, una fuente de luz le devolvió lo sombrío a su rostro. Lo envolvió en su contorno, haciéndolo estremecer. No estaba listo, no estaba seguro.

Entró a la cabaña, encendió la luz y se adentró en ella. Un par de ojos a lo lejos, lo observaban, inmutables, sin atención aparente. Se metió al sanitario y se lavó el rostro, hizo gárgaras con el líquido y lo escupió en el lavabo. Se miró al espejo y se observó pálido. Una corriente de aire entro por la ventana, y volvió a escuchar su nombre, de la misma forma, con la misma intensidad, con la misma voz. Se sintió estremecer. Escuchó con atención una pregunta que le hizo el viento ¿Estas listo? No supo qué contestar. Salió apresuradamente del baño y se quedó paralizado ante el retrato de su mujer. La sintió viva, pero no lo estaba desde hace 10 años. Lloró.

Volvió a cerrar los ojos, pero esta vez, la extraña luz no se disipó, ahí estaba justo frente a él. Flotando en el tiempo y el espacio que se encontraba justo enfrente de él. Escuchó de nuevo su nombre, la pregunta, y algo más. Un silbido, un guiño de voz en el viento. Cerró por unos instantes sus ojos, y los volvió a abrir. Ahí estaba él, justo enfrente de ella, y debajo de ellos, su cuerpo sin vida; y a lo lejos, las luces artificiales, se apagaron. En el horizonte, un nuevo día comenzaba. Y en el interior de su cabaña, un retrato compartido por su amada y él a un costado.

jueves, 21 de mayo de 2009

Hazme del Amor

Hazme del amor, aventurero…sin armas ni flores,
Hazme del amor, accesorio…sin instructivo e independiente,
Hazme del amor, instrumento…sin objetivo ni armonía,
Hazme del amor, ingenuo…sin complejidades e inocente,
Hazme del amor, espectador…sin programa ni comodidades,
Hazme del amor, nostálgico…sin tu olor y con tu ausencia,
Hazme del amor, farsante…sin libreto ni remordimientos,
Hazme del amor, prosaico…sin rima y convencional,
Hazme del amor, ademán…sin modales ni acertijos,
Hazme del amor, ósculo…sin sutilezas y con tu pasión,
Hazme del amor, participe…sin obstáculos ni ataduras,
Hazme del amor, ramera…sin moral y con desfachatez,
Hazme del amor, expectante…sin concebir ni comprenderte,
Hazme del amor, villano…sin escrúpulos y mentiroso,
Hazme del amor, trovador…sin prosa ni escenarios,
Hazme del amor, millonario…sin dinero y con tu amor,
Hazme del amor, víctima…sin asesinato ni traición,
Hazme del amor, caricia…sin prisas y con mucha calma,
Hazme del amor, cómplice…sin prejuicios ni conocimiento,
Hazme del amor, fragmento…sin estructuras y secuenciado,
Hazme del amor, receptor…sin intermediarios ni traductores,
Hazme del amor, cobarde…sin seguridad y con los ojos vendados,
Hazme del amor, fantasía…sin discreciones ni límites,
Hazme del amor, apasionado…sin restricciones y mucho frenesí,
Hazme del amor, ingeniero…sin teorías ni planificaciones,
Hazme del amor, lujuria…sin tapujos y con tu sensualidad,
Hazme del amor, emisario…sin secretos ni acuerdos,
Hazme del amor, recuerdo…sin olvido y con tus pensamientos,
Hazme del amor, activo…sin pasividades ni dilaciones,
Háceme el amor porque sin amor, ¿para qué vivo?

Distrito Catorce - Soñando Otra Vez

miércoles, 20 de mayo de 2009

Nocturna

Lo convexo de la mente aprieta las ideas cuando estas deciden volar,
Son ángeles nocturnos que se escapan a través de,
Puntos transparentes, los agujeros del autismo;
La imaginación del ciervo, encerrada en sus propios límites,
Arremete las rejas del ausentismo, las del domingo son tardes de rock and roll,
Vuelos sin brújula, marineros sin estrellas en el horizonte;
La nocturna es, inigualable y atemporal, la cruzada de la locura,
Nerviosa campaña que cede ante la ausencia de campanadas,
Son las horas de la libertad, el libertinaje habita en lo más obscuro del corazón;
Marcando el rumbo, rastros de colillas sin vida, restos del insomnio ambulante,
Seres que vivieron poco menos de diez absorbidas de su ser,
Escaparate de noctámbulos, a lo lejos las letras de un bar;
Efectos nocivos, no adictivos, lecturas nocturnas de lenguas sin nombre,
Papeles sin rol, dibujos sin bocetos, montajes sin escenarios,
El camino de las alimañas es semejante al camino de los hombres;
Lo cóncavo del alma desborda la síntesis del pragmatismo,
No es la idea la que llega al cielo, es su espíritu consagrado,
Envinado y añejado, por la cava de madera y piedras, la vid de la vida;
Lágrimas en los ojos sedientos de sueño, pesadillas les hacen gritar,
La boca reseca de versos sin aparentar, aparejo de cenizas de rosas,
El ritmo sincopado de sus pasos al caminar, notas echadas al mar;
Las calles desiertas, ríos de grillos en los verdes campos sin edificar,
Libélulas en el cielo, confunden el desierto con arenas de la bajamar,
Sonámbulo vagabundo, recitas poemas a las calaveras sordas que pateas al andar.

lunes, 18 de mayo de 2009

Mares de Vino y Ron

En la esquina del ingenio, a un costado de la locura,
Los latidos de un corazón se intensifican, vibrando al mundo,
Transpirando la cordura, presagiando el final de la infancia,
Las estrellas bailando intermitentemente, desaparecen del cielo,
Un roce entre la ficción y la realidad, un coqueto devaneo de ilusión,
El haz de luz capturando movimientos, brillando el sudor,
La vida dando vueltas en un carrusel de emociones y perversiones,
Un corazón se desliza por la pared y comienza a caer la razón,
Brinda la sutileza con un gramo de deseo y ansiedad,
Un instante atrapado en una bocanada que se eleva en la oscuridad.

Enrique Bunbury - Una Décima de Segundo (Tributo a Antonio Vega)

sábado, 16 de mayo de 2009

El teu Somriure

Tu sonrisa, el nítido reflejo de tu alegría,
La rosa que brota en el desierto, travesía,
Tu dulce melodía, la sensualidad de tu armonía,
La huella que dejaste en mi pensamiento, cuando sonreías.

Ahí estaba, escondida en la esquina de otro mundo,
Suspirando fantasías, imaginando y con la mirada extraviada,
Enlazando, convergiendo y divagando, nuestros universos se encontraron,
Una explosión instantánea, tu sonrisa, mi corazón distorsionado.

Un instante, un destello, una razón en el mar,
¿Será magia, será locura, o será armonía?
Tu sonrisa, la intensa luz que da vida a mi alma,
El llanto a la luna, la causa que provocó el efecto, mi sonrisa.


El teu somriure, el nítid reflex de la teva alegria,
La rosa que brolla en el desert, travessa,
La teva dolça melodia, la sensualitat del teu harmonia,
La petjada que vas deixar en el meu pensament, quan somreia.

martes, 12 de mayo de 2009

A la Luz de las Velas (Por Debajo de la Cortina Blanca de la Luna)

Debajo de la luz de tu recuerdo,
Retrato nuestra historia con las siluetas de mi memoria,
La pared es el lienzo perfecto para retratar nuestra historia,
A la luz de las velas, con la cortina blanca de la luna,
Dibujo cada una de nuestras escenas, que el amor bosquejó.

Dime quién, te condujo a mi camino,
Dime porqué, tu calor aún me da cobijo,
Dime cuál, cuál ruta has escogido,
Dime cómo, podré seguir tu camino.

Las cenizas de mi corazón, arden eternamente,
En el fulgor perenne de tu cadencia, la muerte es pequeña e imperecedera,
Nuestra alcoba es la hoguera perfecta de nuestros deseos extrañados,
A la luz de las velas, con la cortina blanca de la luna,
Encendemos llamarada de la pasión, que el amor reavivó.

Dime quién, te ha traído de vuelta conmigo,
Dime porqué, nunca estuvimos tan lejos,
Dime cuál, es el motivo para mantener la razón,
Dime cómo, mantener encendido tu corazón.

Cherry Lips - Mean Hot And Nasty

sábado, 9 de mayo de 2009

Derivas: Aspiraciones y Espiraciones

"We tend to forget that happiness doesn't come
as a result of getting something we don't have,
but rather of recognizing and appreciating
what we do have."
-- Frederick Keonig



Quise comprender lo complicado de la vida, y terminé ignorando las cuestiones simples de la misma. Me distraje con palabras que no eran las que mis pensamientos maquinaban, y me descubrí improvisando una vida.

Quise cortarles las alas a los demonios del pasado, mientras construía mausoleos para las vírgenes de mi presente y terminé dejando a la deriva, el destino de mis sueños. Me enredé en el ardid de la vida fácil, envicié mi organismo con evangelios corruptos, y me descubrí rehabilitado por tus labios.

Quise disfrutar la vesania por los placeres carnales, y me perdí en los regocijos oníricos que mi alma inspira. Me abstraje de la psicosis cotidiana de rendir tributo a deidades fraudulentas, y me descubrí auténtico en mi cotidianidad.

Quise ocultar el sol con un dedo, y termine desnudo, aullándole canciones lisérgicas de cuna a la luna oculta. Me deslumbraron estrellas fugaces que nada más me desviaron de mi camino, y me fragmente en constelaciones de ideas para llegar a tu destino...mientras dormías.


*Imágen por Machine Room

Dream Theater - A Rite of Passage

jueves, 7 de mayo de 2009

Sediento

Y ahí estaba yo, sediento de amor,
Con un río de corazones en la avenida de mis insomnios,
Dejando fluir la idea preconcebida de hacerle el amor a los ángeles,
Querubines enfrascados con fecha de caducidad, difíciles de ingerir,
¡Qué dulce veneno éste llamado amor!

Sediento, con los labios partidos y los sueños fluidos,
Mane de mi piel el néctar amargo de la desilusión,
Aflorando de tus labios el licor de la sinrazón,
Permitirme saciar la sed más intensa de un cuerpo sin estrellas,
¡Qué insaciable es mi sed de ti!

Como un noctámbulo vagabundo, me deslizo por las veredas
Que encierran el oasis de tu mirada que llora por mí,
Bebo el brebaje dulce de tu sonrisa enamorada,
Dejando fluir las aguas turbias que me ahogan los latidos,
¡Qué inútil es la razón! ¡Qué fructífero es el amor!

miércoles, 6 de mayo de 2009

Kells - La Sphère

Fractal

Un constante cambio. Una rueda que gira y gira y que, se detiene por instantes indeterminados en lugares, en momentos, en amplios pasajes de una historia que, aún no ha llegado a su fin. Lugares cómodos e irrepetibles, que brillan con luz propia a través de mis sentidos; panoramas que, si bien no han sido retratados como debieron de haber sido concebidos, guardan en mí un efecto que no puedo ocultar; lugares que, por su misma insignificancia en mi carácter, han resbalado de mi propia esencia ¿Cuánto de lo vivido y experimentado forja el carácter de los individuos aún cuando no seamos conscientes de ello? Podría voltear hacía un punto en el horizonte de mi existencia y buscar aquél instante, aquellos momentos los cuales quisiera revivir, y podría cerciorarme de haber enterrado bajo los escombros de mi tragicomedia los lapsos de tiempos perdidos que tan sólo produjeron un efecto negativo en mi temple; cortometrajes que, por separado carecen de lógica alguna, cronológicamente irrepetibles, y esencialmente coordinados, escenas perdidas, historias discontinuas que no pueden ser captadas por la memoria de un ser translúcido ¿Cuántas ramificaciones podrían enumerarse desde el corazón de cada individuo sin contar aquellas marchitas y desgastadas por descuido de nuestras memorias? Pasajes y versículos que desarrollan una historia que no pueden desglosarse al inicio de la misma, una enredadera de situaciones tan diversas como los días que hemos vivido y sueños que hemos absorbidos; fragmentos de cada encuentro efectuado, fragmentos de cada enunciado pronunciado, fragmentos de cada pensamiento enredado en sentimiento descartado, somos un cúmulo de fragmentos esparcidos a lo largo de nuestras propias existencias.

Un cambio perpetuo. Las circunstancias no volverán a ser como fueron o como quisimos que fuesen. Echar raíces no siempre es posible, en especial cuando el suelo en el que nos plantamos no es de nuestra propiedad. Sin embargo, los nutrientes absorbidos bajo su resguardo son suficientes para sobrevivir un tiempo indeterminado hasta volver a dejarnos llevar por nuevos panoramas propicios para establecernos. El destino es nómada, sigue en constante modificación, nada está escrito si es que ponemos atención a las opciones que se nos presentan ¿Quién escoge la opción más viable a nuestras circunstancias si es que nosotros mismos buscamos las trabas y las alternativas de solución? Podría resistirme al cambio, más no hay porqué temer a mutar de piel como de entorno. Los cambios trastornan la capacidad que se tiene para afrontar nuevas circunstancias, y somos un cúmulo de circunstancias en estado de perpetua ebullición ¿Puedes crear estrellas en un cielo gris y oscuro aún cuando te pisoteen las ilusiones? Pedazos de ilusiones, fractales de sensaciones, fragmentos oníricos que se niegan a embonar con facilidad y coherencia.

martes, 5 de mayo de 2009

Pregúntale al Viento

Pregúntale al viento, cómo es que se ríe el mar,
Inquietante devaneo en el rompeolas, malecón sin luces,
Durante el ir y venir de recuerdos, hoy son paredes blancas
Las que brillan en mi interior, como la espuma al mezclar el ron
Con agua mineral, como el viento en mi cara al decir ¡adiós!
Empieza el cuchicheo de buitres detrás del cristal,
Aquí no huele a hogar, aún, hay mucho humo que expirar,
Respira hondo y muy fuerte, aspira el dolor, y suspira el placer,
Lágrimas de sangre, vino tinto y una partida de ajedrez,
Cuadros vacíos, sin recuerdos que enmarcar,
Un cuarto obscuro, jugaremos a cantar,
Cajas de música difíciles de parar, altavoz a punto de sangrar,
Dominó de colores, una sublime despedida, un litro de licor,
El hombre de los ojos azules en la voz, y el negro de ojos blancos
Entonando su canción, pregúntale al viento,
Cómo es que me trajo hacía este lugar,
La luz se apaga, el telón ha caído, es momento de girar.

lunes, 4 de mayo de 2009

De la Noche


Alma que deambula vistiéndose de noche
Sueños mimetizados en letras que se elevan y juguetean entre el humo de un cigarro
Labios que se entreabren para dejar fluir lo que no es suyo…
Grafías que se deslizan entre los dedos… perfilándose a lo grisáceo de una tecla que soberbia
dicta y cuenta los sonidos del tiempo y tus versos…
Sentado frente a la luz… abres y cierras la mente
Complaciente ante la reina que no ves y confiado a la sombra
Pero no es la luz de tu frente la que guía tu mirada
Es la luz que emanas de tu ser oculto… es el sentido escondido que gusta salir por las rendijas dirigidas
Entre el sentido de las teclas y la conexión de mundo ideáticos
Vives por la noche y sueñas la vida
Esa es la vida de un hombre que roe los sueños del cuerpo
Alimentándose de bloques hablantes
Alimentándose de la vida circundante
Hombre que roes la luna y sueña de día…
Alma que descubre nocturna… el sentido de su vida.

Por Arlyn Luna Valdez (Lic. en Ciencias de la Comunicación y Poetisa)
(
Poemario: El Corazón de la Luna)