domingo, 28 de octubre de 2007

Entre el Mar y el Clima...Bienvenido a Campeche

Exageremos un poco…como si nunca hubiera visto el mar…se siente tan agradable poder extrañar algo con todas tus fueras…con todos y cada uno de tus latidos que te anuncian la llegada, la llegada en particular, pero la llegada triunfal a final de cuentas, de alguien que se fue porque quiso, pero regresa porque así lo desea…el mar no se ve tan lindo en otras tierras como en la mía, aunque sepa que exagero, pero es el mar que me ha arrullado en tantas lunadas, en tantas visitas en verano a la casa de playa de mi abuelita, o de mi mejor amigo…es el mar de la bahía de Campeche, tan hermoso como tranquilo, como todo en mi tierra…¿Por qué diablos será que uno pueda llegar a admirar las cosas hermosas que tiene a su alcance cuando las tiene a kilómetros de distancia?...creo que hasta a mi hermana la veré hermosa (risa desencadenada que me deja casi sordo, pinche Metrópolis hoy si se la jaló)…If Not For You de Bob Dylan suena en mis audífonos, una melodía digamos feliz, pero al mismo tiempo melancólica, son esos sentimientos los que en estos momentos inundan mi corazón…o como diría Enrique Bunbury (¿porqué habrá venido el clon después del original a mi cabeza?), me siento un extranjero incluso en mi propia tierra…lo anterior gracias de nuevo a una platica que tuve con el taxista que me llevaba a la terminal, ¿A dónde va joven?, a mi tierra señor, ¿de donde es?, de Campeche, Uy joven se va a al calorcito, exactamente huyo del mugre frío que nos anda azotando desde hace días (el clima se nota muuuy agradable ahora llegando a Campeche, ¡Qué A Toda Madre!), ¿Y ya se acostumbró al clima de aquí?, pues más o menos mi problema radica en que no me he terminado de acostumbrar al clima poblano y ya me desacostumbre al clima campechano…pero que delicia es estar en tu propia tierra, con caras conocidas a donde quiera que quieras voltear…”Pueblo Chico Infierno Grande, como lo osaba llamar una amiga…pero es mi propio pueblo y es mi propio infierno, y a la vez mi propio cielo.

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