miércoles, 5 de septiembre de 2007

Déjame Llorar sin un Motivo Aparente


El cielo está nublado…así como mis ojos se llenan de lágrimas…¿pero porqué lloras si todo marcha sobre ruedas?...no siempre se necesita esta triste para llorar…de vez en cuando hace falta humedecer tus ojos y aceptar que no todo está bien…que no la tengo aquí a mi lado cuando quisiera besarla y abrazarla…que hace mucho no escucho su voz…que hace mucho no siento su calor…que la soledad no me deja ser feliz como debería de serlo…pues, ¿qué de feliz tiene la felicidad si no hay con quien compartirla?...¿qué dicha hay en el amanecer solitario que día a día me visita en las mañanas?...que amarga se siente la comida al comer sin alguien con quien conversar de cómo diablos estuvo su día…las lágrimas nublan mi visión…¿qué pasa por tu cabeza cuando dices un día “Hoy es el mejor día de mi vida” y al día siguiente lloras sin un motivo aparente?...déjame llorar mientras hayan lágrimas en mis ojos…mientras haya un pensamiento triste en mi cerebro y no lo sepa expresar…déjame extrañarla…déjame fumar un cigarro…déjame sólo por favor…¿Acaso no es la soledad la que te ha provocado derramar esas lágrimas?...No sé cual es la razón por la cual estoy llorando, sólo déjame desahogarme en mi almohada…déjame abrazarla como si fuera ella la que me consuela…como si ella estuviera a mi lado…como si le estuviera haciendo el amor…no importa que sólo arrugue la almohada sin un placer físico y sí uno mental…¿porqué?...¿porqué lloro?

1 comentario:

Anónimo dijo...

No llores... y si lo haces no te arrepientas porque no hay nada mas puro para limpiar el alma y para descargar nuestros demonios que las lágrimas...es hermoso lo que escribes y no sabes como inundan tus palabras de melancolía a mi corazón, como me gustaría ser yo esa mujer a la que extrañas, la que te hace falta al amanecer, a la que añoras a la hora de la comida...asi como yo te añoro a ti, al hombre y al amor de esta vida que aunque duela reconocerlo no es la misma sin ti, sin tus ocurrencias, sin la ilusión de verte cada tarde y sin escuchar tu voz...ya lo vez ahora las lágrimas ya no son tuyas...ahora son mias